“La mano que mece al niño en su cuna es la que gobierna el mundo”. Este dicho inglés subraya la importancia del papel de los padres y también de los educadores.
Los valores de una persona dependen mucho de la educación y los cuidados durante su tierna infancia. La actitud que los niños perciben en su infancia condiciona en parte el comportamiento de adulto. Los padres y educadores deben desear que los niños lleguen a ser personas justas y rectas, que amen al Señor, y para ello se le enseña los valores de la vida: la ternura, la verdad, el respeto por los demás, el sentido del esfuerzo y la perseverancia,...
La Escritura recalca ampliamente la influencia durante la infancia en el desarrollo moral y espiritual de los niños. En la práctica se les puede mostrar que “el principio de la sabiduría es el temor del Señor” (Salmo 111:10). Esta sabiduría, cuya fuente está en Dios, influye en las palabras y los hechos del niño.
Ante todo, los educadores cristianos, deben desear que el niño acepte a Jesucristo como su Salvador y mantenga una relación personal con Él. Deben orar por el niño, responder a su preguntas con sabios consejos y a menudo consolarlos y alentarlos.
Tanto los padres como los educadores cristianos deben transmitir al niño la importancia de tener una relación personal e íntima con el Señor, por ello la necesidad de que ellos puedan ver la parte práctica de todo esto, y que mejor manera de hacerlo que teniendo un devocional cada día, donde se les enseñe que Dios debe ser lo primero en sus vidas, donde oren y leen La Palabra.
¡Qué noble e importante tarea!
Así que, comienza hoy a hacer el devocional con los niños, desde esta página queremos ayudarte, así que encontrarás multitud de devocionales.
Esperamos que sean de bendición para muchos niños.
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